Maalouf, Amin – Les Croisades vues par les Arabes (1983)

Maalouf, Amin – Les Croisades vues par les Arabes, J’ai lu, Paris, 1985 (1983)

Hace poco que me terminé esta obra muy curiosa de un autor libanés que escribe en francés, publicada en los años ochenta, que se propone trazar la historia de las Cruzadas desde el punto de vista de los musulmanes, no tanto por un ánimo revanchista como para completar la visión a menudo parcial e incompleta que se tiene, tanto en Occidente como en Oriente, de aquel periodo histórico. Para ello, emplea multitud de fuentes escritas de la época o ligeramente posteriores, todas ellas de cronistas musulmanes, árabes en su mayoría, que son sorprendentemente abundantes y precisas, y permiten establecer un relato autónomo sin necesidad de contraponerlo de manera sistemática a las crónicas occidentales.

A pesar de ser un libro de historia rigurosamente documentado, está redactado casi como una novela, con un francés exquisito, tan ligero como poético, característico de la escuela literaria más luminosa del país vecino. Conozca o no el lector a grandes rasgos el desarrollo de la historia, se ve inevitablemente sumergido en las disputas y confabulaciones de la época, que nada tienen que envidiar a exitosas ficciones como Juego de Tronos, cuyo autor, de hecho, confesó haberse basado en las también históricas novelas del ciclo de Les Rois Maudits de Maurice Druon. Hay verdadero suspense y emoción en la forma de narrar de Maalouf, que no renuncia a recalcar el encanto de regiones y lugares tan lejanos como evocadores para los occidentales, pero sin incurrir en ningún tipo de exotismo puesto que, precisamente, una de las finalidades de esta obra es combatir el orientalismo, cuyo origen se remonta sin duda a las expediciones de los cruzados.

Los personajes están retratados con gran viveza, haciendo hincapié tanto en sus rasgos más positivos como en sus defectos, conformando un gran cuadro de personalidades muy humanas en sus éxitos y sus pesares, desde los famosos Saladino o Ricardo Corazón de León a otros no tan conocidos pero no menos interesantes como el Santo Rey Nur al-Din, Bohemundo de Tarento o Raimundo III de Trípoli. También se hacen constantes referencias al sentir popular o a la situación y el parecer de las clases menos pudientes, interesándose por la gente en su acepción más amplia, más allá de los hechos de los dirigentes y los juicios de los cronistas.

Son de gran valor las consideraciones históricas que emite el autor, bien directamente o a través de los testimonios, al señalar, por ejemplo, que la desunión de los musulmanes en la primera época de las Cruzadas fue uno de los principales factores que explicaron el éxito inicial de los cristianos, o que la temeridad de que estos hacían gala jugó no pocas veces a su favor, pero acabó condenándolos en posteriores episodios. El libro termina con una conclusión amarga, ya que aunque el Islam fue capaz de expulsar a los invasores de todo Oriente Medio, tras dos siglos de mucho sufrir y batallar, se mantuvo casi impermeable a las influencias extranjeras, mientras los cristianos extrajeron innumerables conocimientos de las culturas autóctonas que más adelante emplearon en su fulgurante expansión a lo largo del globo.

Cualquier amante de la Historia debería leer este libro, a ser posible en su francés original, tanto por la riqueza y delicada precisión del lenguaje como por la abundante información que proporciona y, cosa aún más importante, por el hecho de suponer un contrapunto a la visión aún glorificante y mayormente acrítica que se tiene en Occidente de aquel convulso periodo histórico.

Escuchando: Sammath – 2023 – Grebbeberg

Nerval, Gérard de – Voyage en Orient, Volume 1 (1851)

Nerval, Gérard de – Voyage en Orient, Volume 1 (1851) [Project Gutenberg, 2014]

He aquí otro libro antiguo que me he leído gracias al Proyecto Gutenberg, ese catálogo de obras libres de derechos que no solamente permite obtener libros gratis, sino que incluye muchos títulos que son difíciles de encontrar en el idioma de uno o en la mayoría de librerías. Este en concreto lo empecé a leer en Francia hace mucho tiempo, y después lo he buscado sin éxito por las librerías del país vecino y del mío, hasta dar con él por Internet. Me parece que tiene su punto romántico el encontrar libros viejos de esa manera, casi como recuperándolos del olvido. Aunque esta práctica no ayude mucho a las editoriales actuales que lo merecen, en realidad tampoco está reñida con la compra de títulos más o menos nuevos por las vías habituales, ya que ambas cosas pueden coexistir perfectamente.

Voyage en Orient, Volume 1 es la primera parte de las memorias de viaje de su autor, el poeta Gérard de Nerval, por las tierras del Mediterráneo oriental a mediados del siglo XIX. Este primer volumen narra las aventuras del viajero por Egipto y Líbano, que más tarde se completarán con una visita a Constantinopla, recogida en un segundo tomo. Publicadas originalmente en 1851 y posteriormente en versión íntegra en 1884, las experiencias referidas se remontan a la década de 1840, es decir, diez años antes de la fecha de redacción. Pese a la sorprendente cantidad de detalles y la viveza de las descripciones, cabe puntualizar que no todo lo que se cuenta ocurrió como tal: Nerval se tomó muchas licencias, sencillamente porque concebía su historia como un auténtico relato en prosa más que como un mero diario de viaje.

El periplo del poeta se inspiró en los grandes viajes relatados por otros escritores de la época romántica, como sus compatriotas Chateaubriand o Lamartine, en unos años en que estaba de moda viajar a Oriente en busca de los orígenes de la civilización, la fe y la vida. Sin embargo, su itinerario no fue exactamente igual al de ellos: por ejemplo, evitó pasar por Tierra Santa, parada para muchos ineludible que a él le resultaba de menor interés. Pero la diferencia más importante en su manera de concebir el viaje es que, antes que ir en busca de un ideal o una imagen fijada de antemano, la intención de Nerval era explorar las sociedades de los parajes que visitaba, sumergirse en ellas y describirlas tal y como eran. En sus propias palabras, no le interesaban tanto las piedras antiguas como las gentes que iba encontrando.

Aunque por su procedencia y formación no pudiera evitar dejarse llevar por muchos de los prejuicios y lugares comunes propios de la visión del mundo occidental, el autor trata siempre en última instancia de aproximarse al Otro e intentar entenderlo, lo que dota a su narración de un carácter racional y moderno que no está reñido con la manifiesta pasión que muestra el viajero en todo momento. Sus personajes secundarios resultan por ello mucho más vivos y auténticos, y tienen voz propia. Pese a comulgar en no pocos aspectos con la visión orientalista imperante en su época, Nerval sabe tomar sus distancias a través de un punto de vista tan perspicaz como personal, lo que hace que uno se identifique fácilmente con él a pesar de la considerable distancia temporal.

El narrador demuestra poseer una gran cultura, con amplios conocimientos puestos a disposición del lector para instruirlo además de entretenerlo, y entre sus virtudes destaca una enorme curiosidad que le hace interesarse por todo lo que va encontrando, tanto si lo conocía de antemano como si no. Por si esto fuera poco, hace gala de un sentido del humor y una ironía a prueba de bombas, que buscan la comicidad hasta en las situaciones más aciagas, lo que redunda en una lectura mucho más amena y fascinante. El resultado es un libro que es a partes iguales aventura, exotismo y divulgación, con el encanto añadido de describir un mundo que a muchos efectos hace ya tiempo que dejó de existir.

En términos de contenido, la obra es muy diversa, ya que intercala pasajes de diario personal con relatos referidos de otras personas y hasta algunos extractos epistolares. En ocasiones, la impresión es de excesiva heterogeneidad, pero en el fondo eso hace que resulte más rica y original. Como poeta que era, Nerval sabe también imprimir una visión entusiasta, simbólica y exaltada de todo lo que cuenta, que contribuye no poco a sumergir al lector en su universo. Estamos pues ante una verdadera maravilla literaria, un libro con una prosa magnífica que aporta gran cantidad de información cultural e histórica (obsoleta o no, pero eso no es realmente un problema) y da cuenta de una fabulosa aventura a través de un mundo que parece lejanísimo y cercano a la vez.

Escuchando: Cambion – 2021 – Conflagrate the Celestial Refugium

Pierre Louÿs – Les chansons de Bilitis

Louÿs, Pierre – Les chansons de Bilitis (1894), ebooksgratuits.com (2005)

Este es el segundo libro reseñado aquí que he leído íntegramente en un Kindle, de ahí que no aparezca una portada escaneada sobre estas líneas. Además de la ventaja económica, buscar por Internet libros antiguos que ya no tienen derechos y por ende se ofrecen gratuitamente es a menudo la única forma de hacerse con títulos que hace tiempo que no están de moda, sobre todo si uno los busca en un idioma distinto al de su país. Este es precisamente el caso que nos ocupa: la obra de un poeta francés de finales del siglo XIX, conocido como Pierre Louÿs, que hace mucho que dejó de gozar del beneplácito del gran público, si es que alguna vez lo tuvo. Adscrito al movimiento simbolista, se caracterizó por la fuerte carga erótica de buena parte de su producción literaria.

“Les chansons de Bilitis” o “Los cantos de Bilitis” es un poemario inusual, tanto por el fondo como por la forma. Se presenta como la traducción de unos poemas originales escritos en griego durante la Antigüedad por una poetisa contemporánea de Safo, llamada Bilitis, de padre griego y madre fenicia, y originaria de la antigua región de Panfilia, ubicada en la costa meridional de la actual Turquía. A lo largo de los poemas que van desgranando su intensa peripecia vital, Bilitis cuenta cómo abandona su tierra natal tras pasar allí su infancia para vivir su juventud en la isla de Lesbos, donde conoce al amor de su vida, una muchacha más joven de nombre Mnasidika, con quien convive durante unos años, para terminar su vida en Chipre, donde ejerce de cortesana durante su madurez.

En el prólogo a la obra, el traductor especula sobre el motivo por el que la poetisa no fue mencionada por sus contemporáneos, y por qué su memoria cayó en el olvido hasta que, como él mismo cuenta, su tumba fue encontrada por un arqueólogo de la era contemporánea, que dentro de su sepultura encontró el conjunto de su obra poética. La bibliografía que cierra el volumen, con títulos y nombres de autores a cuál más peregrinos, nos terminan de confirmar lo que ya intuíamos desde el principio: los poemas no son traducciones, sino creaciones del propio Pierre Louÿs, quien sin duda camufló su autoría para sortear la estricta moral de su época, cuya rigidez pudieron comprobar por la vía penal otros escritores de su mismo siglo como Baudelaire o Wilde.

En los tiempos actuales, en los que la hipersexualización se ha colado en casi todos los ámbitos de la publicidad y hasta en la moda preadolescente, es difícil imaginar que la temática y el enfoque escogidos por el verdadero autor pudieran llegar a escandalizar, pero aunque ese hubiera sido el principal reclamo en su momento, cosa que quien suscribe duda mucho, no se trata ni mucho menos del único atractivo que encierran estos poemas. Escritos en una prosa ligera y sugerente, liberada de la servidumbre a la métrica, están imbuidos de una fascinación por el mundo antiguo, una indudable erudición y un erotismo tan omnipresente como generalmente velado que encandilan sin remedio al lector curioso e imaginativo.

Si uno es capaz de leer entre líneas, encontrará una buena dosis de ironía e irreverencia en muchas de las observaciones, empezando por la dedicatoria del principio, dirigida “respetuosamente a las jovencitas de la sociedad futura”. Las referencias a chicas jóvenes de edad demasiado corta tal vez puedan espantar a algunos, lo que demuestra que nuestra sociedad no es tan libertina y depravada como a veces nos gusta creer, pero rara vez se desvían del tono sutil y evocador, elegante incluso, que caracteriza a este compendio de poemas, en el que la homosexualidad femenina se aborda de una manera increíblemente libre y desprejuiciada. El minucioso rigor histórico y la humanidad y verosimilitud de los intensos sentimientos expresados terminan de redondear un libro que, pese a su patente “falsedad”, logra seducir y embelesar con un encanto totalmente atemporal.

Escuchando: Esoteric – 2011 – Paragon of Dissonance

[V&S] Musique de France: les années 80

Cumplir uno de tus sueños es algo que mola mucho, volverlo a hacer por segunda vez un año después mola todavía más: me acaban de publicar un segundo artículo en la insigne web Vicisitud y Sordidez, que como casi todo lo que escribo habla de música chunga y horrible, pero esta vez en un registro un poco diferente. Pueden disfrutarlo aquí:

Musique de France: les années 80

Escuchando: Putrid Offal – 2020 – Sicknesses Obsessions

Viaje por el Sur de Francia (30 de junio al 9 de julio 2019)

Tuve unas vacaciones muy agradables por una zona del país vecino que hasta la fecha conocía más bien poco. Me sorprendió la amabilidad de la gente, dejando claro una vez más que el estereotipo del francés desagradable corresponde únicamente a la región parisina, la gran influencia de la cultura española sobre la parte meridional de Francia, en especial el País Vasco francés, y sobre todo el calor espantoso que hacía en muchos lugares, particularmente en Toulouse, que nada tenía que envidiar a la intensidad de la canícula más abajo de los Pirineos.

Me quedo con Albi y Cordes-sur-Ciel como sitios más bonitos e impresionantes, con Biarritz por el clima y con Toulouse como ciudad abierta y joven donde la vida debe de ser bastante agradable, si obviamos la extrema humedad del aire. Burdeos no es que lo deje fuera, es que ya lo conocía y me sorprendió menos, aunque fue un placer volver a pasear por sus calles amplias y señoriales.

Turismo cultural en sentido estricto hubo menos que en otros viajes (salvo tal vez el Museo del Vino de Burdeos), por la sencilla razón de que esta vez un servidor iba en piara en lugar de en pareja, pero si la gastronomía y la licorería son cultura, como me consta que así es, entonces el componente cultural no dejó de ser considerable. Pero lo más importante, naturalmente, fue la buena compañía y los ratos de risas, Nordeses y tardeo.

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Playa de Biarritz

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Basílica de Saint-Sernin en Toulouse

Calle céntrica de Toulouse

Paisaje fluvial en el centro de Albi

Catedral (un tanto satánica) de Albi

Calle en Cordes-sur-Ciel

Monumento a los Girondinos en Burdeos

Escuchando: Serpent ov Old – 2019 – Miskatonic Abysmal Path

Hugo, Victor – Le dernier jour d’un condamné (1829)

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Hugo, Victor – Le dernier jour d’un condamné, Flammarion Librio, 1995

Este librito breve es una de las obras de juventud del gigante literario que fue Victor Hugo, insigne poeta, destacado dramaturgo y novelista de gran éxito, una de las figuras más señaladas de la literatura francesa de todos los tiempos, y en él se narran en forma de diario los últimos instantes de un condenado a la guillotina por un delito de homicidio. Su modesta extensión y presencia discreta entre títulos tan notorios como Hernani, Los Miserables o Nuestra Señora de París no debe despistarnos sobre la tremenda relevancia que tuvo y sigue teniendo esta obra en el ámbito político y social. Fue publicada originalmente en 1829, cuando el escritor tan sólo contaba con 27 años, primero de forma anónima, y tres años más tarde firmada y con un prefacio del autor. Para entender hasta qué punto el libro pudo ser llamativo en su época hay que imaginar que en la fecha de su publicación la pena de muerte era aún algo perfectamente normal para la mentalidad contemporánea, e incluso la aplicación a través de la guillotina practicada en la Francia de entonces era para muchos el culmen de la eficiencia indolora y el castigo “civilizado”.

Al abordar el librito lo más sorprendente tal vez sea el encontrarse con un lenguaje que, salvo las referencias a los objetos y costumbres de la época, podría ser casi actual en su parquedad y llaneza. Esto quizá se deba sencillamente a que la prosa francesa tiende desde hace varios siglos al conservadurismo y evoluciona muy lentamente, pero hace que uno se sienta mucho más cercano a la voz del narrador a pesar de la considerable distancia temporal que nos separa de la fecha de publicación. El estilo es fluido y preciso, rasgos también habituales de la literatura francesa, y consigue resultar muy vivo y dramático sin caer en lo lacrimógeno, lo cual, dada la gravedad del tema abordado, no deja de ser digno de elogio. La idea de fondo, el rechazo de la pena de muerte, está clara en todo momento, pero se explica con sutileza a través de las reflexiones y padecimientos de un narrador que no recurre a argumentos más racionales o ponderados, lo cual no sólo desentonaría con su angustioso estado de ánimo, sino que mermaría la fuerza expresiva y sentimental que tanto contribuyen a la identificación del lector. Pese a no llegar a ser del todo explícito, el punto de vista es progresista y humano, y aunque sorprende por su modernidad, encaja perfectamente con muchas otras facetas del pensamiento de Hugo, que se opuso a la monarquía y la esclavitud y se posicionó a favor de los derechos de las mujeres, los desfavorecidos y hasta la creación de unos Estados Unidos de Europa.

El personaje escogido para contar su propia historia resulta muy apropiado, ya que es alguien relativamente culto y con el conocimiento necesario como para darse cuenta de todo lo que le ocurre y poder explicarlo con claridad. Al mismo tiempo, es una persona lo suficientemente sincera y directa como para generar casi de inmediato empatía y compasión. Lo curioso de su trasfondo es que nunca se llega a detallar exactamente el crimen que cometió, pero en el fondo eso no es tan importante, porque lo que aquí se aborda es la forma de tratar al condenado, no el fundamento de la propia condena en sí. Esto último contribuye a que la reflexión que suscita el libro sea más general por ser impersonal, ya que tampoco se dan más datos acerca del narrador de los que él mismo aporta de manera dispersa. Se podría añadir que dicha reflexión consigue también ser atemporal, no sólo debido al hecho de que siga habiendo pena de muerte en muchos lugares en la actualidad, sino porque en la obra se rebaten muchos argumentos que aún a día de hoy siguen esgrimiéndose, como el de la necesidad de eliminar físicamente a determinados malhechores, la posibilidad de una muerte “limpia e indolora” o el arrebatar la vida a modo de castigo ejemplar. Más que reflejar la firmeza del Estado o la inflexibilidad de las leyes, este tipo de sentencias, convertidas en espectáculo público y fuente de crueldad gratuita, demostraban la banalidad de la muerte y la falta de sensibilidad de una sociedad que no era tan distinta ni estaba tan alejada de la nuestra. Quien crea en la posibilidad de una sociedad más justa y más humana puede mirarse en el espejo que constituye la obra más comprometida de Victor Hugo, empezando por este opúsculo tan breve como esencial.

Escuchando: Pensées Nocturnes – 2019 – Grand Guignol Orchestra

Houellebecq, Michel – Les particules élémentaires (1998)

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Houellebecq, Michel – Les particules élémentaires, Flammarion, Paris, 1998

Les particules élémentaires es la segunda novela de Michel Houellebecq, uno de los escritores contemporáneos más famosos y polémicos de Francia, tanto por el contenido de sus obras como por sus controvertidas declaraciones. Atípico en muchos aspectos, bebe más de autores heterogéneos o sui géneris, como Sade, Huxley o Céline, antes que de la tradición canónica francesa. Es tal su importancia en Francia que su último libro se convirtió prácticamente en cuestión de estado, dividiendo radicalmente al país entre partidarios y detractores. Sin deseo de entrar en el debate sobre el personaje en sí, ciertamente peculiar y complejo, lo cierto es que la novela me ha gustado mucho, porque considero que pese a la recurrente sordidez y la aparente disparidad de elementos hay ideas de base originales y un estilo propio característico que confieren entidad y dotan de interés a la lectura.

El libro cuenta la historia de dos hermanastros de familias desestructuradas, nacidos en la época del baby boom, que viven vidas paralelas, muy distintas en su trayectoria pero con un grado similar de insatisfacción. Ambos encaran el ecuador de su vida con viento adverso y cada uno opta por una estrategia distinta para capearlo, que le llevará por senderos inesperados. Tanto estos personajes como los demás resultan un tanto arquetípicos de primeras, pero esto facilita la identificación con sus desventuras, especialmente cuando a través de la evocación de la vida pasada de los dos se va reconstruyendo el rompecabezas de su personalidad, que termina encajando hasta sus últimas consecuencias. A pesar de la enorme distancia que los separa y de sus aspiraciones diametralmente opuestas, ambos conforman la cara y la cruz de una misma moneda que aquí se dibuja con viveza y precisión: la imagen de la neurosis moderna.

La prosa de Houellebecq se caracteriza por un estilo accesible y depurado, casi sin florituras, en el que se mezclan tonos narrativos muy diferentes que constituyen lo que podría calificarse de relato patchwork, ya que une discursos propios de la sociología histórica, la divulgación científica, la cultura popular trivial o la apatía y el desencanto contemporáneos, ámbitos aparentemente inconexos entre sí pero que juntos configuran un todo rico y colorido verdaderamente original. La novela entera está impregnada de tintes sórdidos que no obstante resultan por lo general muy humanos y no excesivamente gratuitos, al contrario de lo que, por lo que tengo entendido, puede leerse en obras posteriores. La historia es predominantemente triste, aunque no forzosamente pesimista, y deja un sabor agridulce pero sabiamente desprovisto de derivas melodramáticas, lo que permite al lector ceñirse al conjunto de la trama en lugar de centrarse tan sólo en las vicisitudes de los personajes.

Esta es una novela auténticamente posmoderna en el sentido de que economía, sociedad y cultura se conciben como un todo unitario e indisoluble. El enfoque con el que se aborda también es posmoderno, ya que rehúye claramente el racionalismo y moralismo clásicos, mostrando un énfasis en lo formal y lo ecléctico, y prescindiendo de cualquier tipo de ideología o compromiso social. La psicología desempeña también un papel muy importante, y son especialmente interesantes las observaciones del narrador sobre mujeres y hombres, desde una especie de paternalismo cínico respecto de las primeras y desprecio matizado frente a los segundos. La perspectiva histórica es asimismo esencial, tanto a la hora de analizar y valorar acontecimientos y pautas del pasado como de diseccionar el tiempo de la narración desde un punto de vista situado en el futuro y presuntamente “neutral”. Todo esto hace que las reflexiones del autor resulten pertinentes por su amplitud de miras y fundamentación, así como por su manera de aproximarse a los grandes problemas de la humanidad en la fecha de publicación, que no han cambiado en exceso hasta el día de hoy. Desconozco si leeré otro libro suyo, porque no sé si alguno alberga el mismo interés, pero sí puedo decir que éste es bueno y merece la pena.

Escuchando: Pata Negra – 1988 – Blues de la Frontera

Perceval le Gallois (Éric Rohmer, 1978)

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Abordé esta película no sin cierto temor, por eso de que un título secundario de uno de los titanes de la Nouvelle Vague tenía todas las papeletas de acabar siendo un tostón infumable. Pero nada más lejos de la realidad, mis prejuicios eran totalmente infundados, ya que este filme recrea una de las historias de las leyendas artúricas siguiendo al pie de la letra los textos de Chrétien de Troyes (convenientemente adaptados para resultar inteligibles), con una escenografía teatral de interiores que incluso en retrospectiva produce un adecuado efecto atemporal y una omnipresencia del canto y la música medievales que enriquece enormemente la atmósfera arcaizante. El final (o finales) inusual y el estilo fresco y ligero muy similar al teatro grabado terminan de redondear una película tan sui generis como atractiva que supone todo un descubrimiento. Ahora que ya le he perdido el miedo, estoy listo para ponerme con Pauline à la plage, aunque no tengo muy claro que no vaya a arrepentirme.

Escuchando: Necros Christos – 2018 – Domedon Doxomedon