Abordé esta película no sin cierto temor, por eso de que un título secundario de uno de los titanes de la Nouvelle Vague tenía todas las papeletas de acabar siendo un tostón infumable. Pero nada más lejos de la realidad, mis prejuicios eran totalmente infundados, ya que este filme recrea una de las historias de las leyendas artúricas siguiendo al pie de la letra los textos de Chrétien de Troyes (convenientemente adaptados para resultar inteligibles), con una escenografía teatral de interiores que incluso en retrospectiva produce un adecuado efecto atemporal y una omnipresencia del canto y la música medievales que enriquece enormemente la atmósfera arcaizante. El final (o finales) inusual y el estilo fresco y ligero muy similar al teatro grabado terminan de redondear una película tan sui generis como atractiva que supone todo un descubrimiento. Ahora que ya le he perdido el miedo, estoy listo para ponerme con Pauline à la plage, aunque no tengo muy claro que no vaya a arrepentirme.
Escuchando: Necros Christos – 2018 – Domedon Doxomedon